Un encargo a medida es un reto maravilloso para un artista y un signo de amor muy bonito por parte del que lo regala.
Este verano me encargaron un cuadro para unos novios: él de Madrid y ella de Sevilla. La idea fue hacer un díptico con las dos ciudades. Fue un éxito total. En general a la gente le gusta reflejar su entorno; dónde nacieron, dónde vivieron o dónde se enamoraron. El tema ciudades es un acierto en un cuadro, es un recuerdo para toda la vida.
Un cuadro es una obra única. Es como una joya; la mezclarás con un vaquero o con un vestido de noche, pero si es lo que quieres llevar siempre te va a quedar bien. Si el cuadro es algo que desea la pareja irá bien en casi cualquier sitio. Y además, cuando defines una ciudad estás marcando los colores. Si eliges Bangkok sabes que está llena de tonos dorados, si prefieres Madrid sabes que predominan los tonos blancos. No necesito más, con eso y una charla personal o telefónica con la pareja seguro que será un éxito.
Para aquellos que busquéis hacer un regalo no solo sorprendente y emotivo sino inolvidable, animaros y apostar por la pintura.